Durante más de 18 años, he probado las alegrías de resbalar en las pistas, gracias a un «ski-bob» hecho a mano por mi padre…
Basado en un bob plástico comprado en un supermercado, mi papá diseñó y construyó una estructura metálica con una dirección muy precisa y suspensiónes independientes. También añadió 4 puntas de ski y un pequeño asiento de cubo, para que yo sea cómodamente instalado.
Después de algunos ajustes, nos embarcamos en las pistas de ski, con mucho gusto.
En 1997 en Thyon 2000, en los Alpes suizos
Para remontar la pendiente, mi padre me remolcaba con una cuerda atada a la ballesta, todo eso sin tener que detener el remonte de ski !
Una vez en la cima, fue suficiente quitar la cuerda y darme un primer impulso. Entonces yo podía ir a las pistas en total libertad…
Experimenté el maximo placer en las pistas bien cuidadas, con el fin de ganar velocidad y negociar curvas rápidas.
Dejé esta actividad en el año 1999, después de más de 18 inviernos skiando ! De hecho, aguanto menos el frío que antes, así como los choques, a veces violentos 😉 Sin embargo, tengo muy buenos recuerdos y todavía quiero dar las gracias a mi papá, por permitirme vivir tantas sensaciones !
Saludos !
Jenri